A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo.

jueves, 21 de marzo de 2013

Totodio

(Sustantivo. Del latín totus,a, um = todo, hoc = este y dies =día. Literalmente: “todo hoy”)

Tendencia de los hechos a co-ocurrir en un mismo día.

El totodio viene precedido por innumerables días de aburrimiento y rutinas. A veces desearíamos que nos invitaran a una fiesta, a una cena con amigos o a la montaña rusa, pero nuestros días son monótonos y grises. Sin embargo, llega la mañana en que un grupo de conocidos nos invita a una fiesta; otro grupo de conocidos nos propone salir a cenar y un tercero pide que lo acompañemos al parque de diversiones. Hasta el día anterior lamentábamos no tener propuestas; hoy tenemos tres y lamentamos dejar de lado cualquiera de ellas. Esa superposición de invitaciones es el totodio.

Nos ocurre lo mismo en el ámbito laboral. A veces pasamos largas semanas de pequeñas rutinas y aburrimiento frente al solitario de la computadora. Tenemos que cumplir horario, sí, pero hay poco trabajo, o el jefe está de vacaciones, o es temporada baja. De pronto, un día cualquiera, nos llueven cientos de clientes, miles de fojas para llenar y decenas de reuniones con el directorio. Todo hay que hacerlo a las apuradas y para ayer. A veces, a regañadientes, hay que rechazar trabajo: un día antes ansiábamos que apareciera un cliente; hoy debemos derivarlo. Un chacarero puede esperar durante meses una lluvia. El día que llueve, se le inunda el campo. Ese estresante contraste entre prolongada escasez y apretada plenitud es el totodio.

No importa cuán bien planifiquemos nuestro tiempo. Estamos condenados a que el tedio se convierta en una larga meseta; y que de un momento a otro todos los males (o todos los bienes) nos caigan de golpe y no tengamos tiempo ni posibilidades de responder con eficacia o disfrute.



Por Jorge Mux.

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