A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo.

domingo, 5 de febrero de 2012

El baño, según yo.

Hay algunas cuestiones a tener en cuenta en cualquier baño de cualquier casa, que creo que todos tienen que estar de acuerdo. Son nociones básicas a respetar cuando se usa un baño. He aquí algunas:

El jabón: Es el elemento de limpieza por excelencia que se encuentra en el baño. Pero un pelo puede transformarlo en algo totalmente desagradable. Ver un pelo en el jabón es asquerosamente repugnante y más cuando te imaginás de dónde puede llegar a venir. Si es enrulado, listo a la mierda, olvidate de tocarlo. No importa si proviene del pelo, del pie, de la axila, SIEMPRE vas a pensar que es pelo de entrepierna. Y se vuelve más horrendo cuando lo ponés bajo el agua y no se resbala, sino que ya está pegado. Y otra cosa que me revienta del jabón, es que se llene de arena. Si vas a la playa y te hacés milanesa, pedazo de pajero… si tegusta enterrarte en la puta arenita, y después te queda arena en el fondo del ojete, no seas tan sorete de pasarte el jabón y dejarlo todo con arenita incrustado. Yo quiero un jabón común, no un exfoliante. Pedazo de pelotudo. Son cosas que me molestan y mucho.

La toalla: Me embola que no haya toallones grandes, y tener que secarme con toallitas de mano. Te sentís desprotegido, frío, demasiado mojado. Es una reverenda cagada… es como que nunca te termina de alcanzar la toallita para secarte todo el cuerpo. Cuando llegás a las piernas, moja más de lo que seca. ¿Y por qué faltan toallones? Porque las minas usan uno para el cuerpo y otro para el pelo. Geniaaaa, usa las toallitas chicas para secarte el pelo, no me dejes como un infelíz intentando secarme la espalda con una toalla de mano, es lo más incómodo que hay. Encima que es difícil llegar a secarse la espalda, hay que hacer malabares.

El cepillo de dientes: Lavarse los dientes es un acto de pulcritud. Pero sentir que hay un pelo en el cepillo cuando lo tenés adentro de la boca te da una sensación igual a la del pelo en el jabón. En fin, un pelo, ya sea largo, corto, enrulado, lacio, con frizz, planchado, arqueado, solo o acompañado, en cualquier parte del baño, es asqueroso y te remite a una entrepierna.

Inodoro: A ver, pedazo de gil, no dejes la frenada de camión jaula en el inodoro. Si sos tan hijo de puta que no le podés embocar al agüita sin tocar el inodoro, limpiá la concha tuya ¿si? Parece que venía uno del rally y quizo doblar ahí, y dejó media goma. No me quiero enterar qué comiste la noche anterior. Y si vas a mear y tenés menos pulso que Michael Foxx, sentate o levantá la tapa. No mees todo conchtuviej.

Glade: Si ocurrió un Hiroshima en tu culo por comer mucho, echa desodorante de ambiente al menos.


Prestobarbas: Si la prestobarba no corta más, no la guardes en el armario, porque cuando vas a afeitarte, te rebana la cara. Es preferible afeitarse con una bordeadora y un rastrillo a usar una gillete que no corta… salís con menos rasguños.

El papel: Que se acabe es la peor muerte del mundo, y más si estás en de invitado en una casa, y lo guardan en la alacena… en la otra punta de la casa. Y el papel tiene que ser algo suave para limpiarse. Hay algunos papeles higiénicos que no sabés si por casualidad te equivocaste y compraste servilleta o lija para pared. Te limpiás el culo y te queda pidiendo perdón.

Cambiarse: Odio cambiarme en el baño. Si me cambio, que sea en la pieza. Pero pasar desnudo por el pasillo, y más cuando hay invitados es difícil… tenés que correr como si te hubieses robado un LCD y te estuviera persiguiendo la cana.

Doble baño: Si tenés dos baños en tu casa, seguramente, en uno de ellos no puedas bañarte porque lo usas para depósito de herramientas o cosas que nadie usa, pero hay que meterlas en algún lado. La cortina mágica tapa todo eso.  

La pasta de dientes: No le dejes la tapita abierta que se seca y después a mi me toca la parte durita, que es un asco. Cerrala, no te cuesta nada ¿dale? Y cuando te laves los dientes, después enjuagá el lavamanos, no dejes todo escupido. No es rico. Me importa tres carajos si andás ocupado, no te cuesta nada tirar un poquito más de agua ahí.

Peinarse: Esto va para las mujeres. Ustedes cada vez que se peinan parece que se arrancan un Tío Cosa de la cabeza. No dejen el cepillo de peinarse lleno de pelos kilométricos, ni los tiren en el lavamanos, no es gratificante tener que sacarlos porque no pasa el agua. No les cuesta nada tirarlos al inodoro y tirar la cadena. No sean flor de hijas de puta. Siempre con amor obvio.

Tachos de basura: No avalo los tachos de basura en los baños. Esos que te dicen que el papel higiénico no lo tires al inodoro sino ahí. No me joooodas, después tenés que cerrar esa bolsita rebalsando de papeles y no es nada agradable.

Incomodidad: Esa incomodidad que te surge cuando la puerta no tiene llave, y estás invitado en una casa. Siempre alerta a que abran la puerta de repente y te encuentren cagando.

Ustedes leyendo esto deben pensar que soy alto complicado, pero díganme… Es lo mínimo indispensable para un baño. Son reglas básicas, cosas que creo nos pasan a todos.

Bueno… ves estos botoncitos de compartir que hay acá abajo? Sí ese. Y el de comentar y el de me gusta. Apretalos dale, copate. Copate o te lleno de pelos entrepierníticos el jabón, pedazo de gil.

Buena vida a todos los que leen, ojalá sus baños estén libres de pelos. Y que su papel higiénico no sea rasposo. Gracias por leer estas boludeces y ojalá les haya sacado una sonrisa.

Copate con recomendarlo!

sábado, 4 de febrero de 2012

Choque de culturas

“Gato o El Gato es una música y danza folclórica de Argentina y Uruguay, la cual tendría como influencia los ritmos picarescos que se irradiaban desde Perú a casi toda Sudamérica (excepto a Brasil). Se trata de un baile alegre y ágil, de pareja suelta de ritmo vivo y picaresca expresividad. La pareja describe un juego amoroso, en el que el hombre persigue a la dama con elegancia y prudencia. Es bailado por todas las clases sociales y en todos los ambientes. La aparición del gato en Argentina es anterior a 1820. Se expandió a todas las provincias del país; y a mediados de ese siglo a países limítrofes.”
Paisano: Disculpe, bailamos gato?
Wachiturra: E’ a quién le decí’ gato vo’? No te hagás el gil po’ que te la vamo’ a da’ con lo’ pibe.

He aquí la prueba más clara de cuando dos culturas diferentes se cruzan.