A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo.

martes, 5 de julio de 2011

La cocina del terror.

La cocina es un espacio extraño e incómodo para el adolescente en general.
Si decís tu pieza, bueeeeno, es un lugar más que cómodo, te sentís dueño de todo, el rey de tu pieza sos vos, e incluso te re calentás cuando alguien entra a revisar, o a ordenar, porque después no encontrás las cosas. Dicen que las personas que tienen el cuarto desordenado no necesariamente tienen que ser poco inteligentes, sino que tienen las estructuras o el ordenamiento de los conocimientos fijados de otra manera, pero que saben, saben. ¡Pasen y vean mi cuarto, admiren cuán genio soy! Podrán encontrar ropa sin lavar, sin planchar, cosas tiradas, apuntes de la facultad, las camas sin hacer, vasos de agua, comida, platos, y lo que usted imagine. Marta Minujin un poroto alado de mi obra de arte toda enquilombada. “Todo es arte” diría Marta, ¿por qué esto no debería serlo?, o sea, un calzoncillo colgado de la puerta del placard es arte. Hasta que viene tu vieja y te caga el arte diciéndote: “¡Limpiá ese quilombo que tenés porque te tiro todo a la mierda!” Pero tu cuarto sigue siendo un lugar cómodo.


Pero cuando vas a la cocina hay algo no tan lindo. Siempre fue factor de miedo cuando eras chiquito. Te traumaban con las siguientes cosas:
- Los cuchillos filosos que no tenías que agarrar porque te podés cortar.
- No estar cerca de la cocina porque te podés quemar
- No abras la heladera con los pies descalzos porque te podés electrocutar
- No corrás con eso en la mano que te lo podés clavar
- El lavarropas no lo toques que lo podés romper
- No te metas a la boca las cosas de limpieza
- Te podés rallar un dedo con eso, dejá yo rallo
- Cuidado que voy con la olla caliente, y toda la gente se corría como cuando viene una ambulancia y los coches se abren para todos lados.
- ¿Cómo que rompiste el plato?
- No te sientes en la mesada, te podés caer.

Yo siempre me hice la cabeza que cuando alguien se quedara pegado a la heladera por andar descalzo tenía que sacarlo con el palo del lampazo que era de goma y madera, así no me pegaba yo también. A ese punto llega el miedo. Para lo único que entrabas a la cocina era, cuando eras más grande, a prepararte la leche (y te subías a la mesada porque no alcanzabas el nesquik), y para pedirle a mamá que te dé un cachito de zanahoria sin cocinar recién pelada y sin cortar. La cocina era espacio de grandes solamente.
Y a medida que crecés te das cuenta que la heladera no te va a cagar matando por abrirla en patas, al menos nunca me pasó. Es lo mejor del mundo apoyarte en la mesada, o sentarte con los pies colgando y ponerte a charlar con alguien ahí. Y las demás cosas las vas sabiendo manejar, menos lo de aspirar el poet que lo sigo haciendo para poder escribir éste tipo de notas obviamente. No se dan una idea lo que pega el “Poet Lavanda” jaja.

Pero todo cambia cuando vos te tenés que hacer cargo de tu propia comida, porque tus viejos se fueron de viaje y te dejaron solo (El rey de la casa, aprovechás a hacer cosas “locas” que nunca hacés, como escuchar música fuerte, andar en bolas –total quién te va a decir algo- y cantar y bailar por todos lados), o cuando, como en mi caso, te vas a estudiar.

La cocina pasa de ser un lugar de paso, casi repulsivo, a tener que pasar más tiempo en ella. Y en la cocina se pueden hacer sólo dos cosas: Cocinar, limpieza. Las dos cosas que son tediosas, esas cosas se hacen en la cocina. Entonces de a poco le vas tomando bronca al lugar que antes le tenías miedo. Para vos, el pibe que, de la cocina sabe poco, y, que cada vez se le hace más tedioso, aquí hay cosas que seguro te han pasado o cosas a tener en cuenta:

ACTIVIDAD 1: COCINAR
- Tu dieta se basa a fideos porque es lo más fácil de cocinar, lo que te saca del apuro, lo que no se pega. Tenés que ser muy inútil para que los fideos se te pasen.

- Habría que entregarle un premio al que se le ocurrió la salsa Knorr Cica Pomarola para los fideos desabridos que acabás de cocinar.

- Lo envasado, pre listo, es tu Ángel Gabriel, el protector, dentro de la cocina.

- La cantidad de imanes de delivery que tenés en la heladera es directamente proporcional a lo mal que cocinás.
- La polenta es otro alimento fácil de cocinar, pero hay que fijarse que no se haga grumos… es mucho quilombo, como fideos.

- No entiendo a esas personas que se comen una ensaladita, o verduras y ya están satisfechos. Yo si no como carne al menos en alguna comida por más de tres días, me como un puma.

- “Las legumbres son la base de la pirámide alimenticia” – ¿Legu qué? ¿Qué bicho e’ ese?

- Qué bien cocinan los de Mc Donnalds.

- Ponerle queso rallado, mayonesa o savora a todo, lo hace más comible.

- Los panchos y las hamburguesas son una salvación y te hacen sentir acompañado mientras podés hacer otra actividad. Panchos/ Hambuerguesas y peli pegan, fideos con tuco en el sillón mientras mirás una peli no es igual de copado.

- Los “deja vú” en la cocina son frecuentes: ¿Otra vez milanesas con puré? ¿No comí bifes ayer, antes de ayer, hoy al medio día y antenoche? ¿O me pareció nada más?

- Hay veces que uno se acuesta sin importar la hora en la que se va a levantar, y es ahí cuando dormís hasta las 3 de la tarde. Y cuando te levantás la pregunta existencial es: ¿Desayuno, almuerzo o meriendo? Yo generalmente prefiero almorzar, pero si no hay ganas de cocinar, siempre una leche con nesquik y masitas viene bien.

- Las ganas de comer algo rico, bien elaborado es positivo. La pachorra de no querer hacer nada y las 0 ganas de cocinar es negativo. Y recurriendo a la regla de los signos de matemática: más por menos = menos. Listo, terminás comiendo cualquier mierda, es decir fideos con salsa pomarola.

- Todo se puede hacer en tarta. ¿Te sobró verduras de las 12? Hacés tarta de verduras. El atún es barato, hacés tarta de atún. ¿Tenés la pechuga de pollo que a nadie le gusta? La mezclás con algún queso y queda riquísima envuelta en una pascualina. ¿El perro de la vecina te cae mal porque no te deja dormir la siesta? Lo agarrás, le ponés tres pascualinas alrededor, lo metés al horno, y después le vas a convidar a la vecina. Y el próximo que sigue es el canario por joder a las 6 de la mañana.

- La creatividad es impresionante. Son cosas que tu mamá nunca haría pero que vos sí lo hacés. Al arroz con atún le pongo arvejas, porque vienen en lata como el atún. Le agrego un poco de paté, porque si tiene la misma consistencia que el atún desmenuzado, no deben ser tan diferentes. Aceitunas cortadas en rodajas y descarozadas, ¿quién se les podría resistir?. Queso rallado infaltable. Mayonesa porque sino es muy seco. El casancrem me mira de reojo desde la heladera… y bueno, le agrego. Un poquito de sal… y ¡Voilá!... una cagada como los fideos con pomarola Cica pero al menos es algo diferente. Obviamente siempre con el pensamiento de: “Se ve asqueroso pero es rico, te juro”

- “Un poquito más” siempre es bienvenido. El tuco está bien de sal… ponele un poquito más por las dudas. ¿Ahí de orégano para el pollo?... ponele un poquito más por las dudas. ¡Genial me quedó la masa!... le pongo un poquito de harina más así no se pega tanto.

- Siempre quise que se vendiera la comida de los astronautas de las películas. Esas que son todo un polvo de mierda, una cagada mal, pero que si le hechás agua y lo metés al microondas por 10 minutos te queda un pollo al champiñón con crema irlandesa.  

- De dos malas siempre sale una buena. Pensaste que podías cocinar algo rico (positivo). Te pusiste a hacer milanesas con puré (positivo – invítame si te salen ricas). Las milanesas se te quemaron (negativo), el puré te quedó chirlo y con mucha sal (negativo). Recapacitás y te das cuenta que la cocina no es lo tuyo y llamás al delivery de pizzas (positivo y bueno para tu salud). Es regla de los signos pura. + x + x - x - = + Wipuuu.

- Las proporciones nunca son bien calculadas. La caja del puré instantáneo dice que tengo que poner 220 cc de leche, que serían dos tazas. Pero ¿dos tazas cómo? ¿De las que tomo café, o de los jarros en los que tomo el nesquik? Siempre te sale chirlo. Y si te salió bien la regla del “un poquito más” va a ocuparse de cagarte el puré y que cuando lo sirvas en tu plato se esparza por todos lados y se suba arriba del bife. Si vas a cocinar arroz, SIEMPRE vas a hacer demás. No hay vez que cocines arroz en cantidades justas para lo que vas a comer. Parece que los putos granos de arroz tuvieran relaciones en el agua y se multiplican y encima engordan. Pero lo bueno es que lo podés combinar con todo… incluso en tartas.

- El desayuno se pone en planteo existencial cuando las ganas de dormir 5 minutos más ponderan. Yo siempre elegí quedarme 5 minutos más en la cama que levantarme a desayunar. Claro, cuando tenés a papá o mamá que se levantan antes para prepararte lo que vas a comer es fácil. Así que cuando escuchen en la mañana un: “Estoy cagado de hambre” de mi parte, es porque dormí  5 minutos más. Igual es al reverendo pedo, porque encima de hambre tengo sueño a la mañana. ¡Metabolismo sos una poronga! No se te compensa con nada loco.

- La comida de casa siempre es mejor. Pero eso es una cuestión meramente lógica, porque encima de que no sabés cocinar tenés que ponerte la mesa y después lavar los platos. En cambio en tu casa tu mamá o papá SABE cocinar, a vos te toca lavar o poner la mesa, entonces se hace más llevadero. Y la comida con la abuela es lo mejor de lo mejor porque te sentís un Dios porque ella no quiere ni que laves los platos ni que pongas la mesa, y cocina mejor que mamá, porque ya fue mamá, y ahora es abuela… Se entiende…

- Siempre que te sentás a comer falta algo. “Uh puta, me olvidé el sobrecito de jugo… fue, tomo agua sola” “Uh me olvidé la cuchara para tomar la sopa… fue hago lo que puedo con el tenedor” o en su defecto respondemos con: (mientras te estás levantando suspirás y decís) la puttttttttttttta madrrrrreee….

- Todos nos hacemos los maestros pasteleros con la torta exquisita. El otro día se me rebalsó una y me sentí la persona más frustrada del mundo. Encima me daba más depresión, porque cuando la puse al horno dejé la caja arriba de la mesada y decía: “Rápida, rica y FÁCIL DE HACER” ¡La concha de tu hermana caja puta! No me lo refriegues en la cara.

- Hay comidas que necesariamente tenés que hacer para comer dos días o más. No vale la pena hacer terrible esfuerzo para hacerte un pastel de papas para vos solo, y para comer solamente esa noche. Aparte, las proporciones de “uno solo para esa noche” no existen en comidas como pastel de papas, guisos, etc.

ACTIVIDAD 2: LIMPIEZA
- Los platos siempre van a estar enquilombados y nunca los vas a lavar ni bien terminás de comer. Porque ya cocinaste, o sea es demasiado, no pidas también lavar los platos y dejar todo limpio. Los limpio siempre a la siesta, después de dos comidas, para volver a ensuciarlos en la cena y así sucesivamente. La razón lógica es que cuando comés te agarra una modorra impresionante, que te hace caminar hasta la cama y meterte en la compu, o tirarte a holgazanear. Pero no te permite estar parado lavando platos. En su defecto te lleva al sillón a mirar tele.

- Los vasos casi que se suprimen de la utilería de cocina si guardás botellitas de agua en la heladera. Nadie te va a andar regañando por tomar del pico, PORQUE ESTÁS SOLO, entonces es un punto, no lavar vasos.

- La suciedad de los platos de la noche se pega, y duro. Entonces ponés todo en remojo, y empezás a refregar y recapacitás que lavando a la noche no se pega tanto. Es al pedo pensarlo porque nunca lo vas a hacer.

- Siempre pensé que Mr Músculo tiene un problema conmigo. ¿Por qué entra a la casa de una mina cualquiera y le deja la cocina impecable, INCLUSO BLANCA CON AZULEJOS (cuando antes no tenía azulejos y predominaba el amarillo clarito) y nunca vino a mi departamento? Seguro es porque soy hombre, claro. ¿Qué problema tenés Mr Músculo? ¿Es porque vivo en el 8° y no llegás a volar hasta ahí forro? Te tiro una soga si querés, te doy la llave para que subas por ascensor y toques timbre. Yo no tengo el beneficio ése loco, y eso que estoy en la ciudad de las oportunidades.

- Magistral y todos los productos que desengrasan mienten. Siempre vas a tener que refregar más de lo que tu paciencia soporte.

- De a una cosa a la vez: si se lava, se deja los platos secando en el seca-platos o en la mesada misma. No vaya a ser cosa que lavar y secar implique un esfuerzo semejante que después tengas que acostarte a dormir por la fatiga. Así es como los platos se acumulan ahí  y nunca vuelven a su lugar de origen, porque los sacás para utilizarlos desde ahí, y llega un momento en el que no distinguís limpio de sucio y a la mierda todo.

- Nunca pretendas que la cocina esté totalmente limpia porque de ahora en más, va a ser el lugar más transitado por vos. Y no le eches la culpa a nadie porque sos sólo vos el que vivís ahí y te hacés cargo de ese espacio.

Vos ¿te sentiste identificado con esto? Espero no ser el único. Chau me voy a lavar los platos jajaja, qué buen chiste.

2 comentarios:

  1. jajaja ya la habia leído en fbk, por las dudas la lei de nuevo para ver si seguia siendo graciosa :P

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  2. jajajaajajaj muuy bueno! me senti re identificado, pero te falto la cocina mas placentera y facil de todas....el pochoclo!

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